Día de Reyes

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El Día de Reyes en México es una celebración que año con año reúne del 5 al 6 de enero, a las personas para diferentes actividades, por un lado los niños hacen una carta pidiendo regalos, que suelen enviar a través de un globo o buzones para que estas tres figuras míticas les den algún presente que reciben en la mañana del 6 de enero y por otro, se hace la tradicional Rosca de Reyes que se ha vuelto icónica para todos los habitantes de la Ciudad de México. Este evento se lleva acabo en las 16 alcaldías de la Ciudad. Sin duda esta tradición que data desde la época colonial se ha convertido en uno de los 49 Desfiles, peregrinaciones, procesiones o actos más tradicionales de la Ciudad de México.


Historia[editar | editar código]

Reyes magos

En la tradición católica, la Epifanía, fiesta de la Iluminación, adoración de los Reyes o Día de los Reyes, celebra la visita de los magos de Oriente a Jesús después de su nacimiento. Se trata de la revelación de Dios a todos los pueblos, pues los magos sabían de las profecías y la llegada del Redentor; se toma como la primera manifestación al mundo pagano de la existencia del Hijo de Dios hecho hombre. La importancia de este evento radica en que el Mesías inaugura una nueva era, abierta a todos los pueblos.

El suceso más aceptado es que fueron tres personajes que, guiados por una estrella, llegan hasta Belén (tras una parada en Jerusalén, en el palacio de Herodes) para entregar obsequios al Hijo de Dios. Se dice que al entrar al portal vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra, elementos que representan a Jesús como rey, Dios y mortal, respectivamente.

Sus colores de piel y atuendos han cambiado, pues originalmente en Occidente representaban a las razas de Sem, Cam y Jafet, y ahora encarnan los colores del mundo: blanco, amarillo y negro, o blanco, moreno y negro. También es la representación de Europa, África y América, los tres mundos, alegoría que llegó al virreinato de Nueva España. [1]

Época Colonial

Melchor, Gaspar y Baltazar son el resultado de un invento de la iglesia católica que, en México, se desarrolló después de la Conquista como parte del proceso de evangelización. En aquella época se realizaban representaciones teatrales denominadas nexcuitiles o sacramentales, las cuales se utilizaron como una forma de adoctrinamiento para que los indígenas entendieran que había un nuevo dios.

En un momento temprano de la Nueva España, se representaba la adoración de “los reyes” en lengua náhuatl; los indios cantaban y participaban. En 1570 se escribió en latín una obra en varios actos y escenas en las que se involucraban muchos personajes. Los franciscanos encendían hogueras en las noches del 24 de diciembre y seis de enero.[2]

La fiesta de los Reyes Magos que se celebra el 6 de enero es un día especial en México, ya que tiene diversos significados. Recuerda la adoración de Jesús infante por parte de los Reyes y se trata de una conmemoración medular en la liturgia católica. De esta historia surgió la costumbre de ofrecer y recibir regalos, principalmente para los niños, quienes piden, mediante carta, el juguete deseado.

Igual que la tradición europea, la celebración del los reyes magos en la Nueva España se hacia con personajes humanos dentro de las iglesias. Simbolizando un arcángel se elevaba un niño y cantaba en latín. [2]

Siglo XX y XXI

La celebración del Día de Reyes en México se ha ido adaptando a las nuevas circunstancias. Anteriormente los regalos eran confites y canelones. Había cantos y bailes en torno a esta festividad; sin embargo, ahora es una fiesta más del calendario católico que funciona como parte de un gran comercio en el cual la compra y venta de juguetes es más importante que la propia celebración.

En el siglo XX se hizo costumbre que los Reyes Magos trajeran juguetes a los niños que se portan bien, razón por la cual cientos de ellos acostumbran hacer una cartita que es enviada al cielo en un globo. Es así que en vísperas de la festividad el cielo de la Ciudad de México se llena de esféricos multicolores que se elevan por los aires, unas veces provenientes de viviendas, otras de escuelas o parques.

Tradicional Rosca de Reyes

Rosca de Reyes[editar | editar código]

Cuenta la tradición que la rosca refiere el ocultamiento del Niño Dios para que Herodes no lo encuentre, como lo hizo con los Santos Inocentes, cuya celebración es el 28 de diciembre. De esta manera, el pan resguarda a Jesusito; el cuchillo personifica a Herodes Antipas.

La Rosca de Reyes, es una tradición que se celebra desde la época virreinal, se dice que las religiosas solían festejar la noche de Navidad con cantos y buñuelos. Enseguida, venía la Epifanía con la llegada de los Reyes Magos y sus azucaradas roscas perfumadas de agua de azahar. Es una costumbre francesa que data de 1311 y que pasó a España y después a México, donde el haba se sustituyó por un Jesusito que originalmente era de plata dorada, muy pequeñito y coronado. Después lo vestían para llevarlo a bendecir el Día de la Candelaria. Cuentan que algunas personas se los tragaban para evitar tener que dar fiesta el 2 de febrero. Esos Jesusitos de plata se sustituyeron por los de porcelana que dicen venían de Japón y actualmente se hacen de plástico.[1]

No es fácil precisar cuándo se inició la costumbre de esconder en la masa de la rosca un Niño Dios de porcelana, pero por crónicas se sabe que la usanza de colocar una confitura o un haba en la rosca era muy antigua. Quien encontraba el haba o el confite, estaba obligado espiritualmente a presentar el Niño Dios del Nacimiento de la casa en la iglesia cercana al 2 de febrero, llamado en México Día de la Candelaria.

En época caballeresca de México la obligación se cumplía ritualmente, y quizá la sustitución del haba o el confite por el Niño surgió porque algunas veces el comensal ingería el trozo de la rosca con todo y haba a fin de evitar el compromiso.

La forma circular de la Rosca  de Reyes representa para los cristianos el círculo infinito del amor a Dios, ya que no tiene ni principio ni fin. Las frutas secas y cristalizadas que adornan el delicioso pan simbolizan las coronas de los Reyes.

En México la manera de partir la rosca es diferente, pues en el pan se esconden muñequitos de plástico que simboliza al niño Dios y cada quién escoge al azar qué pedazo de rosca quiere, decidiendo así su suerte. A quienes les salen los muñequitos, automáticamente se convierten en madrinas o padrinos del niño y deben llevarlo a bendecir a la iglesia y festejar el acontecimiento con tamales y atole el 2 de febrero, Día de la Candelaria.

Los padrinos deben esmerarse y vestir al niño Jesús con las mejores ropas. No hay un atuendo en particular, aunque los trajes favoritos son los de San Francisco de Asís, el Santo Niño de Atocha, el Niño de las Palomas o el Niño de las Azucenas, por mencionar algunos.

El 2 de Febrero es una fecha muy significativa, ya que marca el fin de la cuarentena de la Virgen María (día de la purificación) y la presentación de Jesús en el templo de Jerusalén.[3]

Referencias[editar | editar código]

  1. 1,0 1,1 Tomado del artículo “Epifanía a la mexicana” de la autora Katia Perdigón Castañeda se publicó íntegramente en Relatos e Historias en México número 53: http://relatosehistorias.mx/la-coleccion/53-saturnino-cedillo Fecha de consulta 08/06/2020
  2. 2,0 2,1 Tomado de: https://www.inah.gob.mx/boletines/2195-reyes-magos-mentira-piadosa Fecha de consulta 08/08/2020
  3. Tomado de: https://www.bestday.com.mx/Editorial/Rosca-de-Reyes/ Fecha de consulta 08/06/2020