Plaza de Toros San Pablo

De WikiCity
Ir a la navegación Ir a la búsqueda

La Real Plaza de Toros San Pablo fue construida en 1788, bajo las formas arquitectónicas que implementaban las plazas de toros de Sevilla. Esta Plaza se constituyó como la primer Plaza de toros estable y duradera que implementó el espacio circular. Durante la vida de este espacio funcionó para diferentes eventos no sólo ligados a la tauromaquia sino que se utilizó, entre otras cosas para celebrar el matrimonio de Fernando VII con la Infanta de Portugal. Este espacio, aunque fue derribado en 1860, por su importancia e innovación se une a la lista de las 49 Primeras veces en la Ciudad de México.

Datos

Época
Época Colonial / 1788-1860

Plaza de Toros San Pablo

Plaza de Toros San Pablo



Historia[editar | editar código]

Plaza de san pablo

Antecedentes

Siglo XVI

Las primeras corridas de toros de la ciudad de México se organizaron en una plaza situada en la antigua plazuela del Marqués entre la calle de Las Esterillas, Empedradillo y Seminario y ocupaba buena parte del espacio donde se encuentra la Catedral actualmente. Los corrales para los toros se situaban frente al lugar que ocupa hoy el Monte de Piedad colocando un portal que servía de resguardo de los animales que tomaban parte en el festejo. Las fiestas alcanzaron tal grado de popularidad que el propio virrey don Luis de Velasco tomó parte activa en ellas, estos eventos cobraron mucha importancia y celebridad de los juegos de toros en México durante el siglo XVI. A mediados de este siglo se celebraron, por primera vez, estas fiestas en la plaza del Volador frente al palacio virreinal. El hecho de escoger esta plaza para las fiestas de toros en lugar de la plaza mayor se debió a razones de carácter práctico puesto que en ésta existía un mercado fijo que dificultaba el manejo y la viabilidad de los festejos. La distribución de estas plazas para los espectáculos se hacía de tal modo que, en la balconada, considerada más principal, se situaba el Virrey o el Cabildo como organizadores que invitaban a autoridades y personajes destacados de la ciudad.

Siglo XVII

La popularidad de las fiestas creció a lo largo del siglo XVII acorde con el espíritu del barroco, tan proclive a la exageración del gesto, del fasto y del oropel, adecuados a unos festejos espectaculares y propicios para la algarabía y el regocijo. La plaza del Volador sirvió como marco de aquellos festejos que tenían carácter real y se celebraron sólo por orden expresa del Rey. Por ello se utilizaron otros lugares de la ciudad de México como en la entonces llamada plaza de los Marqueses de Santa Fe de Guardiola; plazuela de San Diego donde se encontraba el convento del mismo nombre; Palacio de Chapultepec, plaza de los Pelos cercana al paseo de Bucarelli y en otras de menor importancia que, ocasionalmente, también sirvieron para tales fines.

Siglo XVIII

A partir de los primeros años del siglo XVIII se utilizó asiduamente la plaza del Volador, donde estaba instalada una plaza de madera. En 1769, Ildefonso Iniesta Bejarano realizó los planos de una nueva plaza de toros que sustituiría a la primitiva.

El proyecto para la plaza de toros, situada entre la Universidad y el Palacio Virreinal, tiene la misma configuración de la antigua plaza de toros de Sevilla. Su forma cuadrangular evoca todavía los antiguos entrenamientos ecuestres de la nobleza durante los siglos precedentes, resultando esta estructura anticuada respecto a las plazas de toros españolas que tenían resuelta, desde el primer cuarto del siglo XVIII, la forma circular para los cosos taurinos. A consecuencia de una enfermedad de lniesta Bejarano, los planos fueron encomendados al arquitecto Antonio Guerrero y Torres, quién presentó en 1770 un proyecto de plaza ochavada, más perfeccionado que el de su predecesor.

El encargo a Francisco Guerrero y Torres se debió al gran prestigio del que gozó a lo largo de su vida al encabezar la reacción frente al empleo del estípite dentro de la arquitectura mexicana del siglo XVIII. Por otro lado, su gran afición al mundo taurino le llevó a ser empresario de plazas de toros. El proyecto de Guerrero y Torres está fechado el 4 de Octubre de 1770, tiene una traza ochavada, ligeramente más alargada en los costados. A diferencia del plano de Iniesta Bejarano, que situó los toriles en ambos vértices de la zona lindante con la pared de la Universidad, Guerrero y Torres los emplazó en ese mismo lado pero, no divididos en dos, sino formando una unidad.

El proyecto de una plaza ochavada como la forma más idónea para celebrar corridas de toros se manifestaba como la estructura ideal para este tipo de festejos. La construcción de las plaza ochavada tuvo su precedente en la plaza provisional de madera levantada en Sevilla en 1737 cuya forma exterior era un octógono de ocho lados iguales al que se le insertaba un círculo. Cuando en 1754 se comenzó a edificar la plaza de toros de cantería de Sevilla, según el proyecto del arquitecto hispalense Vicente de San Martín, aún no se pudo construir el círculo completo puesto que el ruedo estaba insertado en una estructura poligonal debido a la facilidad que implicaba la construcción de paramentos planos en lugar de directamente circulares. Esta solución de las formas ochavadas o poligonales se llevó a cabo en diversas plazas de toros de Nueva España.

En España se adoptó la nueva forma circular moderna inspirada en los anfiteatros romanos; esta moda llegó a Sevilla muy tempranamente a través de los maestrantes que intervinieron en las guerras entre las casas de Austria y Borbón que se desarrollaron en los reinos de Nápoles y Dos Sicilias en el momento en que las excavaciones de la ciudad de Pompeya se sistematizaron.

Corrida de toros plaza San Pablo

Creación de la Plaza de Toros de San Pablo

El cambio de la estructura de las plazas de toros cuadrangular, ochavada y, finalmente, circular se debió además a varias razones fundamentales. Las corridas de toros comenzaron a organizarse con parecidas connotaciones a las actuales a partir del primer cuarto del siglo XVIII, este hecho fue la consecuencia del paulatino abandono de la arena por parte de los caballeros nobles para convertir el toreo en una profesión. Esta profesionalidad estuvo ligada íntimamente a la aparición de las primeras plazas circulares puesto que, al institucionalizarse las corridas y aparecer el toreo de a pie, tipo de espectáculo del que nunca tomó parte la nobleza, se necesitaban estructuras circulares que evitasen el refugio del toro en los vértices con el 'consiguiente peligro para los toreros. Sin embargo la forma ochavada perduraría en México hasta los últimos años del setecientos.[1]

En 1788, al sur de la ciudad decimonónica, se levantó a espaldas de la Iglesia de San Pablo, la plaza de toros circular de San Pablo con maderas aprovechadas de la plaza del. Volador que se había desmantelado; esta plaza sufriría dos reconstrucciones en diferentes épocas perdurando hasta el año 1860 en que fue derribada durante el gobierno del presidente Benito Juárez.

Estuvo ubicada precisamente en la manzana constituida hoy por la iglesia de San Pablo al norte, la calle de Topacio al oriente y la de Jesús María al poniente. La Real Plaza de Toros de San Pablo se erigió no sólo como la primer plaza de toros circular sino como la primer Plaza de Toros oficial en la Nueva España construída de manera estable y duradera, similar a las de Sevilla.

Plano de la Plaza de San Pablo

Otro de los objetos por el cual se decidió construir la Real Plaza de San Pablo fue el de formar un fondo destinado al vestido y manutención de las tropas realistas, que luchaban contra los insurgentes. Finalmente, las entradas producidas por las plazas de toros llegaron a ser consideradas por la Real Hacienda como una de sus rentas más seguras.

Siglo XIX

Una vez erigida la Real Plaza de San Pablo en 1815, se decidió que fuera allí donde se realizaron las corridas de fiestas reales, previo arrendamiento de ella por parte del ayuntamiento, quien era el encargado de organizar tal clase de festejos. Quienes obtenían el privilegio de disponer de ella firmaban con el intendente general de México contratos de arrendamiento en toda forma, sujetos a condiciones perfectamente estipuladas. Así, en 1817, para celebrar los matrimonios de Fernando VII y su hermano don Carlos con las infantas de Portugal, el ayuntamiento la tomó en alquiler por la cantidad de trece mil pesos y Mariano Tagle se hizo cargo de ella por todo el año de 1818 mediante el pago de doce mil pesos, y el teniente de realistas don José Marla Landa celebró a mediados de 1819 un contrato de arriendo por cinco años y medio, comprometiéndose a dar nueve mil pesos anuales.[2]

De los muchos eventos efectuados en este inmueble sobresale la ascensión en globo aerostático del primer aeronauta mexicano don Benito León Acosta en la función dedicada al “Excelentísimo señor General Presidente, don Antonio López de Santa Anna”, la mañana del 3 de abril de 1842.[3]

La vida de aquella primera y única plaza permanente activa en la capital mexicana durante la colonia fue muy breve, pues no duró más que cinco años. Un incendio, en 1821, la destruyó completamente pocos meses antes de la consumación de la Independencia. No fue sino hasta el domingo 7 de abril de 1833 día de Pascua de Resurrección, cuando en el mismo lugar se inauguró un nuevo coso taurino, construido a todo lujo, y el cual duró, con muchas modificaciones. En 1847 fue prácticamente desmantelada y su maderamen empleado en las barricadas que sirvieron para enfrentar la ocupación norteamericana en septiembre de ese año, hasta que finalmente fue demolido en 1861, como consecuencia de la prohibición de la fiesta dictaminada por el presidente Benito Juárez. [4]


Gazeta de México[editar | editar código]

Gazeta de México

La información sobre la inauguración de esta plaza, así como de sus usos se puede ver detalladamente en las redacciones de la Gazeta de México de la época:

El día 16 se hizo el primer Ensayo para las próximas corridas de toros, en la misma Plaza que se ha construido para ellas en la de San Pablo: según se avisó al Público será el segundo próximo Domingo, y comenzará la primer Corrida el día 1° de Diciembre y la segunda el 15. [5] El día 1° comenzaron las corridas de Toros, que en ambas semanas no habrá los Miércoles por ser día ocupado. Se ha presentado los lidiadores de a pie vestidos de terciopelo y tizú de plata, distinguiendo a una quadrilla de otra los colores verde y negro. La de a caballo con chupa y calzón de ante, gabán de color roxo, y todos con galones de plata. La completa horquesta de Música ha hecho los intermedios muy divertidos. Están preparadas distintas invenciones para dar el lleno a la diversión de las tardes, sin embargo de que la bondad del ganado por sí solo la promete; y no ha sido la menor la variedad de modos con que se ha partido la plaza por las Compañías de Granaderos del Regimiento Urbano del Comercio, que se han desempeñado como si fueran de la Tropa más arreglada.[6]

Referencias[editar | editar código]

  1. Tomado de: http://institucional.us.es/revistas/taurinos/5/art_2.pdf Fecha de consulta 03/06/2020
  2. Tomado de: http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/revistas/novohispana/pdf/novo07/0079.pdf Fecha de consulta 03/06/2020
  3. Tomado de: https://www.cronica.com.mx/notas/2006/242056.html Fecha de consulta 03/06/2020
  4. Tomado de: http://www.historicas.unam.mx/publicaciones/revistas/novohispana/pdf/novo07/0079.pdf Fecha de consulta 03/06/2020
  5. Gazeta de México fechada el 18 de noviembre de 1788: https://ahtm.wordpress.com/2013/11/23/se-inaugura-la-plaza-de-toros-de-san-pablo-en-1788/
  6. Gazeta de México fechada el 01 de diciembre de 1788: https://ahtm.wordpress.com/2013/11/23/se-inaugura-la-plaza-de-toros-de-san-pablo-en-1788/