Bosque de Chapultepec

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Datos

Chapultepec castillo y niños h.jpg

Bosque de Chapultepec

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Coordenadas
19° 25' 14.66" N, 99° 11' 10.28" W

El Bosque de Chapultepec o Chapultepec (en náhuatl, cerro del chapulín) es el parque urbano más grande del hemisferio occidental. Ubicado en la Alcaldía Miguel Hidalgo, es considerado como el parque arqueológico, histórico, recreativo y cultural más importante de la Ciudad de México. Este bello e inmenso bosque de fresnos, encinos, coníferas y sabinos o ahuehuetes (del náhuatl ahuehuetl, viejo del agua), además de ríos y manantiales, ha sido de vital importancia para el valle de la ciudad por ser la principal fuente de agua dulce desde las épocas precolombinas. Está dividido en tres secciones y en él se construyeron tres lagos artificiales que embellecen aún más su espacio. El parque contiene atracciones de primera importancia para el país, como el Museo Nacional de Antropología e Historia, y cuenta además con zonas arqueológicas, bibliotecas, teatros, campos de entrenamiento militar y equino, ferias, parques acuáticos y distintos lugares de entretenimiento, lo que lo hacen hoy en día, el sitio más visitado por turistas nacionales y extranjeros.

El Bosque de Chapultepec tiene uno de los 49 Récords de la Ciudad de México, de los 49 Espacios públicos más románticos de la Ciudad de México‎‎ y a parte se pertenece a las 49 Maravillas de la Ciudad de México. El tapete de flores más largo realizado en el año 2010, midió 1.9 kilómetros y fue diseñado con varias flores de muchísimos colores.

Fuente de Don Quijote, Bosque de Chapultepec.png

Historia[editar | editar código]

Prehispánico[editar | editar código]

El bosque de Chapultepec tiene una historia que se remonta a tres mil años. Piezas de cerámica y entierros del periodo Preclásico son testimonios que nos hablan de los primeros pobladores a las orillas del lago de Texcoco; durante el Clásico, hacia el primer milenio de nuestra era, estuvo ocupado por teotihuacanos y más tarde, después del año mil, lo habitaron los toltecas en el periodo Postclásico. A la llegada de los mexicas, a principios del siglo XIV, los tepanecas de Azcapotzalco dominaban este territorio. Los mexicas lo ocuparon en diferentes ocasiones: durante su migración, se detuvieron por un corto tiempo en Chapultepec, hasta que fueron expulsados por los chalcas y los xochimilcas, pueblos vecinos. En 1325, después de fundada México-Tenochtitlan, los mexicas consideraron a Chapultepec como lugar sagrado y sitio estratégico, debido a los manantiales que surtían de agua potable a la capital del imperio. Más tarde, en 1428, Nezahualcóyotl, Tlatoani de Texcoco, ordenó la edificación de un palacio así como el enriquecimiento de la fauna y flora del lugar.

Chapultepec tenía un valor especial para los mexicas debido a su ubicación y a sus manantiales. La cima del cerro, en donde ahora se encuentra el Castillo, era un sitio ideal para estudiar el movimiento de los astros, por lo que ahí se erigió un instrumento de medición astronómica. El conocimiento que se producía a partir de las observaciones realizadas probablemente era utilizado para definir la orientación de las ciudades y de sus construcciones. Frente al observatorio había un teocalli que los mexicas construyeron junto con dos pequeños adoratorios en la base del cerro.

Por otro lado, sus características geológicas lo relacionaban con los dioses del agua y de la lluvia. El islote era un lugar estratégico y sagrado. Los manantiales de Chapultepec eran vitales para los pobladores de Tenochtitlan porque el agua del Lago de Texcoco, que rodeaba a la ciudad y al islote, era salada y no servía para el consumo humano. Para conservar el agua de estos manantiales se construyeron albercas y más tarde, para llevarla hasta Tenochtitlan, se levantó un acueducto de carrizo, piedra y lodo. La obra estuvo a cargo de Nezahualcóyotl, el señor de Texcoco, quien se ganó el derecho de vivir en Chapultepec porque no cobró por la labor. El acueducto era tan importante para la ciudad que fue clave durante la conquista española (1519-1521): tras semanas de enfrentamientos, Hernán Cortés bloqueó el flujo del acueducto; la falta de agua potable contribuyó a la derrota de Tenochtitlan.

Virreinal[editar | editar código]

Durante los primeros años de la Nueva España, cuando la división y repartición del territorio del Valle de México estaba en discusión, Hernán Cortés intentó, sin éxito, añadir entre sus propiedades al cerro y bosque de Chapultepec. Sin embargo, en 1530 el emperador Carlos Quinto decretó, por Cédula Real, que el bosque de Chapultepec se convirtiera en propiedad de la ciudad de México.

Para los primeros virreyes éste era un lugar de descanso y esparcimiento: lo utilizaban para pasear y para cazar ciervos, liebres y conejos. Era tan apreciado, que el virrey Luis de Velasco (1590-1595) mandó construir un palacio de recreo en la falda del cerro. Más tarde, otro virrey, Rodrigo Pacheco y Osorio (1624-1635), decidió que este lugar se utilizara como sitio de fiestas y entretenimiento. Así, el palacio de Chapultepec albergó durante más de dos siglos numerosas celebraciones de virreyes y visitantes distinguidos, hasta que a mediados del siglo XVIII estalló una fábrica de pólvora cercana al palacio que causó serios destrozos al edificio. Como consecuencia de los daños, el rey de España dispuso que el palacio se convirtiera en la Cárcel de la Acordada, sin embargo el proyecto no se llevó a cabo y el edificio terminó abandonado.

En 1784, numerosos obreros, artesanos y presidiarios de la Cárcel de la Acordada utilizaron piedras de chiluca, vigas de cedro y otras maderas, traídas de los bosques del Desierto de los Leones y de Río Frío, para la construcción de una casa de descanso planeada por el virrey Matías de Gálvez, que sirviera para reemplazar aquella que había existido en las faldas del cerro. En diciembre de 1783, el ingeniero catalán Agustín Mascaró concluyó la labor de desmonte y preparación del terreno para construir la casa de campo, sencilla y propia; sin embargo, los trabajos de construcción se desarrollaron de manera tan lenta que, para fines del siguiente año, existía sólo un muro circundando al jardín, justo donde ahora se levanta el Alcázar.

Correspondió entonces a su hijo, el también virrey Bernardo de Gálvez, concluir el alzado del primer edificio que se ubicó en el lado poniente de la meseta, donde hoy se levanta la fachada del Castillo; por su parte, el jardín amurallado y el mirador se situaron con vista al oriente. Las labores de construcción tuvieron, en esa época, un costo cercano a los trescientos mil pesos; y el edificio principal se compuso de dos pisos, con habitaciones para el virrey y su servidumbre, cuartos de huéspedes, cocina y servicios.

Para 1785, se suspendieron los trabajos que le daban forma al Castillo y, un año después, el virrey Manuel Antonio Flores recibió la Real Orden de subastarlo en sesenta mil pesos; por fortuna, no hubo compradores. Siete años más tarde, en tiempos del segundo Conde de Revillagigedo, el caserón ubicado en la cima de Chapultepec fue elegido como posible sede del Archivo General del Reino de la Nueva España, proyecto que no se llevó a cabo, por lo que, en 1806, el sitio se vendió al Ayuntamiento de la Ciudad de México.

En los albores del siglo XIX, sus vidrios, ventanas, puertas y herrerías fueron desmantelados y vendidos a la Real Hacienda. Más tarde, con la guerra de independencia, el edificio terminó por deteriorarse. En 1819, un fuerte temblor dañó aún más la edificación, por lo que esta construcción entró en una etapa de franca ruina.

Siglo XIX[editar | editar código]

Colegio Militar[editar | editar código]

Durante la guerra de Independencia (1810 - 1821) el edificio estuvo en desuso. Así permaneció hasta que en 1833 el gobierno mexicano lo decretó como sede del Colegio Militar, inaugurado en 1843.

Apenas cuatro años después de haber iniciado funciones, el Colegio sufrió un ataque. El 12 y 13 de septiembre de 1847, durante la invasión estadounidense, el ejército asaltante acometió la sede militar mexicana, lo que causó serios destrozos al edificio y la muerte de seis cadetes, conocidos desde entonces como los niños héroes. Tras la derrota del Colegio, los estadounidenses tomaron la Ciudad de México y no se retiraron hasta que el gobierno mexicano accedió, tras meses de negociación, a ceder los territorios de California y Nuevo México a Estados Unidos.

Debido a los daños provocados por el ataque, el edificio tuvo que desalojarse para ser reparado y el Colegio cambió de sede. Años después, durante la Guerra de Reforma (1858-1861), el recinto fue ocupado por primera vez como residencia presidencial. Miguel Miramón, un ex alumno del Colegio Militar, fue presidente interino del bando conservador entre 1859 y 1860, y eligió al Castillo como residencia oficial. Después de su estancia, el edificio fue nuevamente abandonado.

Imperio[editar | editar código]

El Castillo de Chapultepec permanecería sin cambios profundos hasta que, en junio de 1864, el emperador Maximiliano de Habsburgo y su esposa, la emperatriz Carlota, lo eligieron como residencia, nombrándolo de manera oficial Palacio Imperial de Chapultepec y “Miravalle” en memoria de su tan recordado Castillo de Miramar.

De inmediato, el edificio fue sometido a trabajos de remozamiento y adaptación. El arquitecto mexicano Ramón Rodríguez Arangoity fue el responsable de la remodelación del Alcázar, y el ingeniero Eleuterio Méndez el subdirector de la misma. A partir de entonces, el Castillo que corona el cerro de Chapultepec no sólo quedó destinado a albergar obras de arte sino, además, se convirtió en una de ellas. Maximiliano de Habsburgo y Carlota Amalia auspiciaron numerosos proyectos destinados a embellecer y mejorar el inmueble. Como prueba de ello, existe un Plano del Palacio Imperial de Chapultepec, firmado en México por Julius Hoffmann el 6 de octubre de 1866; en dicho documento, se observa la distribución que los emperadores dieron al área conocida como Alcázar. De esa época datan: la arcada neoclásica que actualmente ostenta la fachada sur del Castillo, los jardines interiores arreglados al gusto de la emperatriz Carlota; Las Bacantes, de estilo pompeyano, que pintó Santiago Rebull a solicitud de Maximiliano, y la rampa de acceso al Castillo, que unía el sitio con lo que hoy se conoce como Paseo de la Reforma. Con la restauración de la República, el Castillo de Chapultepec se destinó a residencia presidencial durante el gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada en 1872.

Porfiriato[editar | editar código]

En 1878, a inicios del Porfiriato (1877-1911), el ministro de fomento don Vicente Riva Palacio ordenó la creación del primer Observatorio Astronómico Nacional, con la intención de que México participara en las observaciones del Tránsito de Venus de 1882. El observatorio se estableció en el Castillo de Chapultepec, pero su estancia ahí fue corta porque en 1883 fue trasladado al pueblo de Tacubaya para que el Castillo fuera ocupado, de nuevo, por el Colegio Militar y como residencia veraniega de Porfirio Díaz y su familia. Díaz pretendía que el edificio fuera un escaparate del progreso artístico y tecnológico de México, ya que era frecuentado por personajes internacionales. Para ello invirtió en innovaciones que modernizaron el edificio, como elevadores y un boliche; era tal su deseo de mantenerlo a la vanguardia, que fue en una de las salas del Castillo donde se llevó a cabo la primera exhibición de cineen México, en 1896.

Siglo XX[editar | editar código]

Después de 1911, y a lo largo de la Revolución Mexicana, el Castillo fue habitado por Francisco Ignacio Madero, Venustiano Carranza y Álvaro Obregón; este último aprovechó algunas secciones de la antigua construcción militar, desaparecida en 1914 con la derrota del Ejército Federal por las tropas revolucionarias, para edificar las oficinas del Ministerio de Fomento, cuya fachada fue proyectada al poniente por el arquitecto Antonio Rivas Mercado. Se colocaron en ese tiempo las pérgolas, el espejo de agua, el Monumento “La Patria agradecida a sus hijos caídos”, realizado por Ignacio Asúnsolo, y la fuente del Chapulín, cuyo escultor fue Luis Albarrán.

Los presidentes Plutarco Elías Calles, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez realizaron algunos cambios en la residencia; los tiempos revolucionarios siguieron su marcha y, el 22 de diciembre de 1938, el General Lázaro Cárdenas decretó que este histórico edificio se convirtiera en sede del Museo Nacional de Historia, el cual exhibiría las colecciones del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía, que abarcaban desde el Virreinato hasta la Revolución.

El Museo Nacional de Historia se inauguró en el Castillo el 27 de septiembre de 1944.

Eventos[editar | editar código]

Día de Muertos

Un Espacio Romántico[editar | editar código]

Bosque de Chapultepec, el parque urbano más grande de la Ciudad de México sin duda en uno de los lugares favoritos de las parejas capitalinas que escogen para pasar sus fines de semana, ya que presenta diversidad de espacios para estar tranquilos, así como actividades recreativas, como rentar una lancha, alimentar a los patos, paseos en bicicleta, o simplemente caminar por su gran superficie o disfrutar de un picnic.

Referencias[editar | editar código]

Bibliografía[editar | editar código]