Estatua Ecuestre de Carlos IV "El Caballito"

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La Estatua Ecuestre de Carlos IV o como coloquialmente se le conoce “El Caballito” forma parte de los 49 Monumentos más emblemáticos de la Ciudad de México.  Dentro la Alcaldía Cuauhtémoc, en el cuadrante del Centro Histórico, frente al Museo Nacional De Arte (MUNAL) en la plaza Tolsá, este monumento es un emblema de la época colonial que ha sido muy controversial, pero sin duda una gran obra de arte.

Datos

Época

Estatua Ecuestre de Carlos IV.jpg

Estatua Ecuestre de Carlos IV "El Caballito"

Alcaldía
Dirección
Calle de Tacuba 5, Centro Histórico de la Cdad. de México, Centro, Cuauhtémoc, 06000 Ciudad de México, CDMX
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Coordenadas
19° 26' 9.85" N, 99° 8' 22.13" W


Historia[editar | editar código]

Época Colonial[editar | editar código]

Estatua Ecuestre de Carlos IV El Caballito

En honor al rey de España, Carlos IV, el virrey Miguel de la Grúa Talamanca Marqués de Branciforte ordenó la construcción de una estatua monumental para que la figura del monarca se colocara presente en la Plaza Mayor (hoy Plaza de la Constitución o Zócalo), y honrara la figura del Imperio con una presencia imponente capaz de suscitar el respeto y admiración de cada súbdito novohispano.

Así comenzó la historia de la estatua que, al paso del tiempo, paradójicamente, se nombró como "El caballito", aludiendo al equino y no al rey. La colocación de la base que soportaría la escultura se realizó con una celebración popular en 1796, y para tal fin se mandó limpiar la plaza y se colocó una balaustrada circular con rejas. La autoría de tan grande obra recayó en el escultor Manuel Tolsá, un conocido artista español que radicó en Nueva España y dirigió la Academia de Artes de San Carlos durante veintiséis años. Su trabajo fue reconocido desde su llegada a tierras americanas, y colaboró en las obras de drenaje de la ciudad y el embellecimiento de la Alameda.

En 1803 se terminó por completo la obra y la efigie del rey se colocó en la base que permaneció vacía durante siete años; sin embargo, el imperio español estaba a punto de entrar en una profunda crisis que vaticinaba una gran transformación. En los tiempos de la lucha por la independencia, la estatua de Carlos IV se convirtió en un símbolo del poder monárquico contra el que muchos se habían levantado en armas, por lo que la obra de Tolsá corría el riesgo de ser dañada o fundida para forjar otro monumento, más representativo de la nación recién creada.

Siglo XIX[editar | editar código]

El Caballito

En 1821, año en que se consumó definitivamente la independencia de México, la estatua de Carlos IV fue cubierta con una manta azul, e inclusive surgieron propuestas para que se reemplazara por otra. Sin embargo, el intelectual don Lucas Alamán se preocupó por la situación y manifestó que destruirla no tendría sentido alguno, además de que sería un acto de barbarie ante una obra estéticamente valiosa.

Así, el gobierno mexicano resolvió que no sería destruida pero que no debía ocupar más el lugar central de la plaza más importante del país, por lo que se ordenó que se cambiara de sitio y en 1823 el Ayuntamiento ordenó que se trasladara al claustro de la Universidad, lugar en el que permaneció durante quince años. En 1852, cuando la efigie ya no causaba el furor y aversión de unos años antes, se cambió nuevamente su lugar a un espacio público.

Siglo XX[editar | editar código]

La escultura del caballito permanecio en el paseo de Bucareli en donde habitó hasta 1979, año en que nuevamente retomó su periplo para ser enviada a la plaza Manuel Tolsá, dedicada a su creador en donde se ubica también el Museo Nacional de Arte.

El camino que ha andado la estatua de Carlos IV sobre el caballito ha sido complejo por las significaciones políticas de la escultura, que rememora al imperio del que formó parte la Nueva España. Pareciera que el olvido colectivo ha operado también como manifestación de la oposición hacia el imperio, y el caballo terminó opacando al jinete real.[1]

Arquitectura[editar | editar código]

El caballito fue fundido y vaciado en una sola operación bajo la supervisión de Tolsá, director de la Academia de San Carlos. Para la montura, el escultor usó como modelo un equino perteneciente al marqués del Jaral del Berrio llamado Tambor. Luego de ser pulido y cincelado fue llevado a su lugar designado y se inauguró el 9 de diciembre de 1803. Las celebraciones y corridas se repitieron con gran júbilo. En opinión del barón Alexander von Humboldt, presente en la inauguración, la estatua hecha por Tolsá es solamente inferior a la ecuestre de Marco Aurelio en Roma.

La estatua pesa 26 toneladas y es la segunda estatua de bronce fundido más grande del mundo.[2]

Eventos importantes[editar | editar código]

Personajes memorables[editar | editar código]

Anécdotas geniales[editar | editar código]

Referencias[editar | editar código]

  1. Tomado de:http://www.wikimexico.com/articulo/la-estatua-del-caballito-de-carlos-IV Fecha de consulta: 08/05/2020
  2. Tomado de: https://www.flickr.com/photos/8230500@N04/4168763819/in/photostream/ Fecha de consulta 08/05/2020