Molino de Papel de Culhuacán

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Datos

Época
Siglo XVI / 1580

Molino de Papel Imagen Principal .jpg

Sección
Alcaldía
Dirección
Avenida Tláhuac 3570, Av. Tláhuac 481, Culhuacán, Iztapalapa, 09800 Ciudad de México, CDMX
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Coordenadas
19° 20' 18.35" N, 99° 6' 31.46" W

El Molino de Papel de Culhuacán data del siglo XVI y forma parte del conjunto arquitectónico del Convento y Seminario de Lenguas de San Juan Evangelista. Esta construcción se ubica en la Avenida Tláhuac, en la Colonia Pueblo Culhuacán, dentro de la Alcaldía Iztapalapa al oriente de la Ciudad de México, en la Cerrada 16 de septiembre. Este molino de papel fue fundamental para llevar a cabo la evangelización que durante el siglo XVI realizaron en este pueblo las órdenes mendicantes. Esta labor estuvo a cargo de la orden agustina, que en 1530 funda el Seminario de Lenguas de San Juan Evangelista.

Historia[editar | editar código]

Siglo XVI[editar | editar código]

El objetivo principal era enseñar a los indios la religión cristiana, y para ello era menester contar con escuelas y seminarios, siendo los religiosos quienes se encargaban de esta magna obra. Tal actividad requirió de la elaboración de los libros (misales, salmos, catecismos, etcétera) necesarios para facilitar a los indígenas la comprensión de la nueva religión, y a los españoles aprender el náhuatl. A manera de códices se pintaron los primeros libros, en hojas de papel amate, siguiendo la costumbre de los indígenas; pero esta tarea requería de grandes cantidades de papel, además de que la nueva administración virreinal hacía imperiosa la obtención de hojas de papel como las que se usaban en Europa. Los agustinos pronto se percataron de que utilizando algo de la tecnología que conocían podrían echar a andar un molino que produjera el papel necesario para sus objetivos. Así, en 1580 ponen en funcionamiento este molino de papel, construido en los terrenos del convento en donde aprovecharon una caída de agua y un manantial para poner en movimiento una rueda, la cual es conocida como rueda aguadora.

Esta rueda (elemento desconocido por los indígenas como medio de arrastre) tenía en su centro un eje horizontal a cuyo extremo se encontraban dos levas que levantaban alternadamente un batán de mazo de madera con clavos en las puntas, cuya función era reducir los trapos a pulpa con ayuda del agua.[1]

Siglo XX[editar | editar código]

Este simple mecanismo representó una importante aportación para América y pronto tuvo muchas aplicaciones. Que la energía hidráulica provenía de una caída de agua y de un manantial en el que se levantó este molino quedó demostrado mediante una excavación arqueológica realizada en 1982, en la que quedó de manifiesto que esta temprana obra de arquitectura colonial fue el resultado de la aplicación de los conocimientos con que hasta entonces se contaba en materia de mecánica e ingeniería en el viejo continente.

Para tener un mayor control sobre la cantidad de agua que se requería para mover la rueda se construyó un canal elevado y una compuerta, que colocada unos metros antes de la misma, hacía las veces de regulador de la fuerza necesaria para acelerar o detener el proceso de la “molienda”. Además de utilizar el agua para obtener energía, también era fundamental para el proceso de machacar los trapos viejos, materia prima utilizada para la elaboración del papel, mismo que se realizaba en una o más pilas hasta convertirlos en una pulpa muy fina, mediante la acción de los batanes, y para el proceso de “fermentación” de los trapos.[2]

Una vez obtenida una pasta homogénea, se distribuía en unos marcos con rejillas para colar el excedente de agua. Después de esta operación se sacaba el molde de papel, se prensaba para extraerle toda la humedad y se ponían a secar en unos tendederos. Ya secos, se alisaban y pulían con piedras, como el sílex, o con bruñidores de madera, a los que, de cuando en cuando, se les untaba sebo. Esta práctica, sin embargo, quedó prohibida, ya que al escribir sobre la superficie grasosa la tinta no se secaba o se corría con facilidad.[1]

La Colonia Pueblo Culhuacán[editar | editar código]

La Colonia Pueblo Culhuacán es uno de los doce pueblos que constituyen la delegación de Iztapalapa. Esta zona, es considerada uno de los primeros asentamientos del Valle de Anáhuac, lugar que vio nacer al primer emperador de los aztecas. En náhuatl, el nombre de este pueblo quiere decir “cerro encorvado”, es una referencia al bastón de Quetzalcóatl y la sabiduría de los viejos.

Previo a la llegada de los españoles, Culhuacán era considerado un paraje de misticismo. En la cima del afamado Cerro de la Estrella, los colhuas se reunían para llevar a cabo diversos rituales, como la ceremonia del Fuego Nuevo y el culto a Tlátloc. Sin embargo, tras la caída de Tenochtitlán, las diferentes órdenes religiosas comenzaron a esparcirse por los territorios aledaños con motivo de evangelizar a los indígenas. Durante el siglo XVI, los agustinos fueron los responsables de adoctrinar a los habitantes de Culhuacán. Este cometido, se empezó a lograr mediante la construcción de templos y parroquias. Dentro de estos recintos, los frailes daban sus cátedras. Pero se percataron de que serían mucho más enriquecedoras si se emplearan a través de libros, tanto para los indígenas que comprenderían mucho mejor de manera visual, como para los españoles que podrían tropicalizar sus enseñanzas con dibujos.[2]

Primero, los agustinos pintaron algunos códices en papel amate, una clase de soporte que los indígenas producían a base de las cortezas de árboles. Sin embargo, esta faena era exhaustiva y muy tardada. Pronto el gobierno virreinal hizo obligatoria la desaparición de este papel y encargó a los frailes crear alguno similar al de Europa. Fue así, como alrededor de 1580, los españoles construyeron un molino enseguida del Convento y Seminario de Lenguas de San Juan Evangelista. El artefacto se logró gracias a un chorro de agua que caía por el terreno; los españoles lo aprovecharon y lo utilizaron para darle funcionamiento a una rueda que echaba a andar el molino. Gracias a una investigación de carácter arqueológico que se dio en la década de los 80, se descubrió que el agua movía una leva que desgarraba unos trapos viejos, hasta hacerlos muy finos. Posteriormente se ponían a secar y luego se prensaban y se pulían.

Sin duda este molino de papel fue un ejemplo innovador no sólo de arquitectura, sino de ingeniería y mecánica en la Nueva España. Fue un invento que dio pie a otras creaciones de la misma índole, empezando así una revolución en todo el continente de proyectos industriales que a través de procesos hidráulicos y tecnológicos alcanzaban la elaboración de diversos productos.[3]

Productos destacado[editar | editar código]

Personajes célebres[editar | editar código]

Personajes inolvidables[editar | editar código]

Personajes de la vida cotidiana[editar | editar código]

Mitos, leyendas y relatos[editar | editar código]

Referencias[editar | editar código]

Bibliografía[editar | editar código]

  1. 1,0 1,1 Tomado de: https://www.mexicodesconocido.com.mx/el-molino-de-papel-de-culhuacan-distrito-federal.html
  2. 2,0 2,1 Tomado de: https://www.inah.gob.mx/boletines/2226-primer-molino-de-papel
  3. Tomado de: https://mxcity.mx/2020/09/conoce-todo-sobre-el-nuevo-metrobus-electrico/