Casa Gilardi

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Datos

Época
Siglo XX / 1976

Casa Gilardi

Casa Gilardi

Alcaldía
Dirección
Gral. Francisco Ramírez 12-14, Ampliación Daniel Garza, Amp Daniel Garza, Miguel Hidalgo, 11840 Ciudad de México, CDMX
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Coordenadas
19° 24' 40.54" N, 99° 11' 32.60" W

Casa Gilardi está ubicada en la Colonia San Miguel Chapultepec Primera Sección en la Alcaldía Miguel Hidalgo en la Ciudad de México, es un inmueble emblemático por su trascendencia arquitectónica, ubicado en la calle de General León, realizado por Luis Barragán en el año de 1976, cuando tenía 80 años de edad. El arquitecto jalisciense diseñó este proyecto para la familia del publicista Francisco Gilardi en la que combinó colores, texturas, secuencias y disposiciones de los espacios para introducir la luz en las diferentes estancias de la casa.

Historia[editar | editar código]

Casa Gilardi, Fachada Interior
Casa Gilardi, Piscina
Casa Gilardi, interior
Casa Gilardi, escaleras

El arquitecto Luis Barragán, a los 80 años de edad, y después de casi 10 años de inactividad, realizó su última obra, emplazada en un terreno de 10×36 metros, entre muros medianeros en Ciudad de México. Una obra que refleja la influencia de la cultura mexicana y de los pintores Diego Rivera y Frida Kalho, donde lo más interesante, según Barragán, era el desafío del enorme árbol jacaranda que se debía mantener, y la piscina solicitada por el dueño como parte del programa.

En el libro Luis Barragán, de Saito, aparece una hermosa entrevista realizada al director de Arte, Francisco Gilardi, en 1992, donde platica la verdadera historia de su casa.

Cuenta cómo su padre conocía a Luis Barragán (ambos aficionados a la equitación-) y que recuerda cómo conoció a los seis años al arquitecto, cuando ambos paseaban en sus caballos por el Paseo de la Reforma. Décadas después compró una casa de los años 30 en dicho predio y dada las malas condiciones de la misma, fallas en los muros de adobe, en la plomería, pensó que era mejor construir una nueva.

Le pidió a un amigo arquitecto que le construyera una casa "estilo Barragán" y el amigo se opuso, dijo que no podría hacerla, que sólo podía hacerle una casa en su propio estilo. Lo mismo sucedió con otro amigo, así que decidió llamar directamente a Barragán y pedirle algo que pareciera irreal, "que le proyectara su casa". Él, todavía muy joven y con poco dinero, le hizo la petición. Barragán le dijo que estaba ya muy viejo, que hacía 10 años que no hacía una casa, desde la de Egerstrom; que era más un desarrollador que un arquitecto; que le diera tres meses para pensarlo. Gilardi insistió en la existencia de unas jacarandas y una pileta en la casa como motivadores y funcionaron. Llamó a los tres meses y Barragán accedió y demoró otros seis meses más en tener lista la propuesta. Nueve meses de gestación para una obra final.

Gilardi quería un hogar en el estilo de Barragán, una casa mexicana, como la de San Cristóbal, la Prieto López o la Gálvez. Para Barragán lo importante en la arquitectura era el espacio, no la planta. De hecho cualquiera de las plantas arquitectónicas de su obra, imposibilitan imaginar la grandiosidad del espacio construido. Lo mismo sucedió con Gilardi, no entendía lo que Barragán tenía en mente para su casa, la planta era extraña, para empezar, el comedor alejado de la cocina. La obra negra, tampoco permitía vislumbrar en lo que se convertiría. Hasta que los muros tuvieron una primera base blanca, Gilardi comprendió lo que Barragán había creado. Esta pequeña casa, representó la mejor síntesis de su obra y de sus principios.

La relación arquitecto-cliente permitió una libertad basada en la admiración y el respeto a sus decisiones, ya que aquí Barragán volvió a hacer de las suyas, al recortar muros que ya estaban terminados, abrir huecos donde no habían, cambiar el color hasta cinco veces, o tirar un techo para una entrada de luz, acciones que pocas personas tolerarían. Sin embargo, ante estas actitudes determinantes, Barragán tomaba también muy en cuenta que el espacio fuera lo que Gilardi esperaba, que le satisficiera en todo sentido, los muros, los colores. No era incertidumbre, inseguridad o duda, lo que lo hacía mover una y otra vez los elementos del espacio. Era humildad y certeza de estar generando un mejor espacio y claro que no cobraba por ninguno de estos cambios.

Una vez terminada, Gilardi tarda dos años en empezar a sentir que era su hogar esta casa fría. De inicio, no era muy acogedora. Lo que los visitantes decían de ella, fue lo que empezó a generar en él, el calor, el aprecio y el valor por su propia casa.

"Empecé a darme cuenta de lo que significa el 'milagro del espacio' y es cuando me di cuenta de lo excepcional de esta arquitectura”. Francisco Gilardi

Algunos de los visitantes: David Hockney, Francis Ford Coppola e Isabella Rosselini quien visitó la casa estando embarazada y nombra a su hijo 'León', tal como la calle donde se ubica. Cuatro años más tarde, Barragán gana el premio Pritzker por una obra escasa, pero relevante, única y emocional, que logró voltear los ojos internacionales a un México tradicional y moderno, con sensibilidad y fuerza.[1]

Arquitectura[editar | editar código]

El diseño del inmueble sigue un eje a lo largo del terreno. La fachada se integra en el contexto urbano, pero al ingresar el ambiente se vuelve más introspectivo. Destaca el color rosa que se advierte de inmediato desde la calle y que en el interior se descompone hacia el patio. El inmueble está conformado por las secciones de los servicios y los dormitorios, así como por el salón-comedor-piscina, ambas unidas por un corredor. Poco a poco los espacios se van revelando a través del juego con la luz y el silencio.

La piscina-comedor es el espacio central de la casa, ahí el suelo se ve intervenido por la presencia del agua y el muro de color rosa que se hunde en ella, la luz natural ingresa y cambia durante el transcurso del día provocando diferentes matices en los colores de los muros y multiplicando sensaciones para quien contempla el lugar.

La arquitectura vanguardista de Barragán se complementa con los colores, las texturas y los elementos compositivos que son producto de la cultura mexicana. La notable influencia del pintor Chucho Reyes se manifiesta precisamente en los colores de esta casa. El propio arquitecto jalisciense expresó del pintor:

“tenía un excelente ojo para el color. Dedicó su vida a las cosas bellas. No entendía de planos, pero me ayudó con el color. El color de los mercados mexicanos… el color de los dulces mexicanos… de las golosinas… la belleza de un gallo. Colocamos los colores para la casa Gilardi pintando grandes cartulinas en mi casa, recargándolas una tras otra en las paredes, moviéndolas de lugar, jugando con ellas hasta que decidimos los colores exactos. Les diré un secreto: la piscina tiene un muro o columna rosa que no sostiene nada. Es una pieza de color situada en el agua, por placer, para traer luz al espacio y mejorar su proporción general”.

Barragán manifestó dos condicionantes en este proyecto: la jacaranda debería mantenerse dentro del patio y la piscina como elementos primordiales, la cual también había solicitado el propio dueño de la casa.[2]

Al igual que en toda su arquitectura, Barragán ofrece una multitud de sensaciones, a través de los juegos de luces, colores, distribución y elementos arquitectónicos, como la escalera sin baranda que pareciera levitar bajo una luz cenital. Una luz amarilla que traspasa pequeñas aperturas verticales, inunda el corredor que llega a un espacio minimalista con un espejo de agua junto al comedor, donde un muro pintado de color rojo sostiene el tragaluz.

Es este el espacio de más juegos, donde el suelo se divide en dos, dejando el comedor a la orilla del espejo de agua, el muro rojo se hunde en el agua, y el tragaluz al fondo, entregando cambios constantes de luz durante el día.

Por ser una casa entre medianeros, el arquitecto decidió una estructura de muros portantes, que sostienen a la cuadrícula subdividida, donde se insertan los distintos espacios. Para lograr el efecto sensorial de la luz, los muros interiores están estucados con terminaciones muy lisas, de manera que la luz puede inundar los espacios sin interrupciones, haciendo de esta obra, quizás la más paradigmática de Barragán.[3]

Bibliografía[editar | editar código]

Referencias[editar | editar código]

  1. Consultado en: https://obras.expansion.mx/arquitectura/2016/10/06/40-anos-de-la-casa-gilardi-de-luis-barragan , 15/07/20.
  2. Consultado en: Patrimonio Tangible de la Miguel Hidalgo, 15/07/20.
  3. Consultado en: https://www.archdaily.mx/mx/02-123630/clasicos-de-arquitectura-casa-gilardi-luis-barragan , 15/07/20.