Jardín Ramón López Velarde

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Datos

Época
Siglo XX

Jardin ramon lopez velarde.jpg

Alcaldía
Colonia
Dirección
Roma, 06760 Mexico City, CDMX
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Coordenadas
19° 24' 32.83" N, 99° 9' 20.92" W

El Jardín Ramón López Velarde está ubicado en la Colonia Roma Norte, dentro de la Alcaldía Cuauhtémoc en la Ciudad de México. Su nombre, en honor al poeta Ramón López Velarde, se debe a que, a finales del siglo XIX, él solía pasear por el antiguo Panteón de la Piedad, ubicado en este mismo predio, que fue clausurado en 1905. Este sitio, por sugerencia de José Vasconcelos, fue expropiado por Álvaro Obregón para servir como terreno del gran Estadio Nacional, derrumbado en 1949. Pocos años después, en 1952 el Centro Urbano Presidente Juárez, diseñado por Mario Pani y Salvador Ortega, sustituyó al Estadio de corta vida, hasta que el trágico terremoto del 1985 causó grandes daños y terribles pérdidas humanas, de modo que tuvo que ser demolido también. Así, este parque se une a la historia de fantasmas que rondan los terrenos del antiguo Panteón de la piedad, que trajo de vuelta los paseos del poeta, como metáfora viva del retorno.

Historia[editar | editar código]

Siglo XIX[editar | editar código]

Cuentan que Ramón López Velarde, poeta e irredento caminante, salía los domingos temprano de su casa en Álvaro Obregón para ver a las muchachas salir de misa. Se dice que era común verlo andar por Orizaba y desaparecer en los linderos del Antiguo Panteón de la Piedad, donde se refugiaba, con alguna musa del barullo citadino, en cuyos terrenos ahpra se encuentra este parque.[1]

Siglo XX[editar | editar código]

López Velarde murió en 1921 y no pasó mucho tiempo para que su cementerio favorito también desapareciera. Tanto Vasconcelos como Álvaro Obregón, presidente de México, y principal impulsor de la campaña de alfabetización y construcción de escuelas, sabían que el dominio de las masas era indispensable para sustentar sus proyectos nacionales que casi siempre se confundían con sus intereses personales. No le costó mucho a Vasconcelos convencer a Obregón de que expropiara el terreno donde había estado el panteón de La Piedad. Admirador de civilizaciones como la griega y la romana, el secretario decidió que el estadio debía de estar inspirado en el Panathinaikó, estadio donde se efectuó la primera olimpiada moderna. Así, el 5 de mayo de 1924 fue inaugurado el Estadio Nacional por Álvaro Obregón.[2]

Era enorme, todo un símbolo del progreso. Cabían 60,000 personas. Tina Modotti fue a tomarle fotos. Allí rendían protesta los presidentes y se celebraron los primeros Juegos Centroamericanos. Pero los fantasmas regresaron a reclamar su territorio y el estadio no perduró. Su demolición dejó un único vestigio: la escultura de un lanzador de jabalina en una de las entradas del Multifamiliar Benito Juárez, otra historia de fantasmas.[2]

Después de la desaparición del Estadio Nacional, se construyó ahí mismo el Centro Urbano Presidente Juárez, en 1952. Pura arquitectura funcionalista de primer orden diseñada por Mario Pani y Salvador Ortega. Los muros del conjunto, decorados por Carlos Mérida, eran todo un lujo.[3] Trágicamente, los sismos del 19 y el 20 de septiembre de 1985 causaron graves daños estructurales en el multifamiliar y se convirtió en una de las imágenes más recordadas de lo sucedido. En este sitio, según algunas fuentes, murieron alrededor de ochenta personas; varias estructuras se derrumbaron y otras fueron demolidas con explosivos en los meses posteriores, comenzando el 26 de octubre con los restos del “A”. El paso a desnivel fue rellenado y no quedó huella de su existencia.[3] Luego, los espasmos del terremoto 1985 dejaron en pie unos cuantos edificios que mantienen su color carmín y un perímetro baldío que hoy es un parque con algunos juegos infantiles y mucha sombra: El Jardín López Velarde.[1]

Instalaciones[editar | editar código]

Dentro, hay una pequeña cancha de fútbol rápido, los vestigios de un lago u espejo de agua donde se le colocaron porterías y que se convirtió otra cancha. Tiene espacios para jugar basquetbol, dos gimnasios al aire libre, elementos decorativos que sirven para los que practican el parkour, una trota pista a lo largo del parque y bebederos.[4]

Otra de las curiosidades que ofrece el parque es una especie de gran resbaladilla de concreto, que hace pensar que probablemente fue diseñada para skaters, pero hasta la fecha no se ven a los patinadores usarla. Quienes sí la usan son niños y jóvenes que con la ayuda de un “trineo” de plástico se avientan desde la parte más alta. Este trineo improvisado no es más que esta especie de contenedores o huacales de plástico en que las grandes compañías organizan sus productos dentro de los camiones de transporte, una actividad muy peculiar de la zona.[4]

Actividades y servicios[editar | editar código]

Personajes inolvidables[editar | editar código]

Catálogo de vegetación[editar | editar código]

Referencias[editar | editar código]

Bibliografía[editar | editar código]

  1. 1,0 1,1 Tomado de: https://local.mx/ciudad-de-mexico/jardin-lopez-velarde/.
  2. 2,0 2,1 Jorge Vázquez Ángeles, "Un sitio con vocación: el Estadio Nacional de México, 1924-1949" en Revista Casa del Tiempo, No. 23-24, diciembre 2015 - enero 2016, pp. 31-34.
  3. 3,0 3,1 Carlos Villasana y Rodrigo Hidalgo, "La “majestad de la arquitectura” que se cayó en 1985" en El Universal: https://www.eluniversal.com.mx/mochilazo-en-el-tiempo/la-majestad-de-la-arquitectura-que-se-cayo-en-1985.
  4. 4,0 4,1 Tomado de: https://erasmusu.com/es/erasmus-mexico/que-ver/jardin-ramon-lopez-velarde-10126.